Amoresenteoría

No puede existir un buen Amante sin teoría del Amor.No puede existir un buen seductor que no disfrute seduciendo.No puede haber amor que no comience con mariposas, traiga la primavera. 

Me gusta jugar a ser la femme fatale de las películas en blanco y negro. Me gusta jugar el papel de Amante porque amo vivir con intensidad. Así que yo también, Gilda en tiempos modernos, heroína a tiempo parcial, también, tengo mi propia teoría del Amor.

Una cosa es lo que necesita una relación: intimidad (de la tierna), comunicación (de la de verdad) y sexo (del bueno). Y otra el Amor sobremayúsculado y explicado en griego. 

Para ser un buen Amante hay una sola cosa importante: no es encontrar el objeto adecuado para amar y que nos ame, sino la propia capacidad de hacerlo.

Como toda capacidad creadora exige aprehender algunos aspectos del Buen Amor(para que tu me cantes).

Necesitas cuidar lo que amas. No puedes asegurar que amas algo si no lo cuidas. No puedes amarte a ti mismo si no te cuidas. No puedes amar verdaderamente si no haces nada para que lo que amas crezca.

Eres responsable de tu rosa - le dijo el zorro al principito- por eso es para tí única en el mundo. No como un deber, sino como un deseo. Desear poder responder. 

Respeto por el crecimiento y desarrollo personal del objeto de nuestro Amor (pero como soy, no como tu quieras). Observador de la belleza en otro ser humano que florece junto a nuestra propia belleza.

Es imposible respetar lo que se desconoce, quien nada conoce, nada ama. Quien nada ama, nada comprende, quien nada comprende, nada vale. Quien nada vale no puede obtener placer en dar, pues está vacío de sí mismo. De la Vida en él, de su tiempo, de su preocupación, de su interés, de su tristeza, de su alegría. No encuentra placer en recibir pues tiene miedo a perder lo que reciba ( o entiende más de Economía).

Quiero ser un genio en el Amor, desarrollar excelentes facultades. Querer intenso y sin peros, pasional, dulce,sincero. Transcenderme, mirarme en el espejo que pone frente a mi la otra persona para poder reconocerme (esa soy yo), descubrirme (no sabía que también era esa), quedarme sin una pizca de codicia, poder mostrarme vulnerable sin miedo, apasionarme, embelesarme en su belleza, enriquecerme, que Amar merezca la pena.